En Perú durante los primeros años de 1900 aparecieron varios escritores entre los cuales están César Moro (1903), Enrique Peña Barrenechea (1904), Xavier Abril (1905), Carlos Oquendo de Amat (1905), Luis Valle Goicochea (1911), Emilio Adolfo Westphalen (1911), José María Arguedas (1911), Vicente Azar (1913), Manuel Moreno Jimeno (1913). La mayoría de ellos se encuentran en la revista Amauta, donde colaboran entre 1927 y 1930: todos tienen en común un afán de conquista de nuevos territorios para la expresión poética. Luis Alberto Sánchez lo considera la figura principal de este grupo de escritores limeños que a mediados de los años 20 irrumpe bajo el influjo del surrealismo y produce una literatura ironizante y agnosticismo.
En el ámbito de esta nueva generación, abanderada por José Carlos Mariátegui y César Vallejo, la rareza de Martín Adán comenzaba a alimentar la leyenda que lo convertiría en el poeta maldito, iluminado o místico que se forjó entre soledades y largos silencios. Concepto que se analizará a lo largo de este artículo.
Desde muy joven mostró dotes literarias, las que compartió con sus compañeros de clase Emilio Adolfo Westphalen y Estuardo Núñez. A medida que pasó el tiempo, vivió con creciente estrechez económica y sufriendo de un fuerte alcoholismo. Buena parte de sus últimos años los pasó en sanatorios, hasta su muerte en 1985.
CESAR VALLEJO |
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